sábado, 28 de abril de 2012

Rutas en moto por Austria

La maravillosa naturaleza de este precioso país en el centro de Europa, es un aliciente para los que nos gusta sentir el paisaje en la piel, a gran velocidad, por carreteras, a poder ser, secundarias y poco concurridas. Las motos en Austria son una auténtica pasión. Una vez pasadas las nieves y cuando la lluvia da un respiro, cosa que en Austria es fácil porque el clima es mucho más favorable de lo que la mayoría de la gente cree, las motos aparecen como si fueran setas. Y creedme que es un placer recorrer largas distancias a gran velocidad, dejándose llevar por un panorama que a veces trae recuerdos y a veces es sólo comparable a nuestros mejores sueños. El asfalto, todo hay que decirlo, de las carreteras secundarias no es el mejor. En Austria, lo fantástico son las autopistas… y baratísimas, aunque no sea lo más cómodo para ir en moto. Pero las carreterillas que serpentean entre pueblo y pueblo, tienen una calzada “aceptable”. Lo que es absolutamente insoportable son las calles de la ciudad. Gracias a la genialidad de los tranvías, no es fácil asfaltar y mantener todo en perfecto estado, así que lo parchan y lo reparchan y está aquello que da penita verlo y terror atravesarlo. Pero bueno, lo que nos interesa son las carreteras secundarias y esas están decentes. Eso sí, tomad nota que de octubre a marzo es obligatorio llevar neumáticos de invierno y cambiarlos después. Si no, en caso de accidente, el seguro no te cubrirá. Hay cientos de rutas posibles para disfrutar de Austria a lomos de una preciosa Honda VFR 800 o una “cariñosa” Suzuki GS 500. Ya sabéis de qué hablo. El caso es que os voy a recomendar sólo un par de posibilidades para empezar. Una ruta que recorra los grandes lagos, atravesando los Alpes, desde el sur de Alemania, para la ciudad de Sonrisas y Lágrimas: Salzburgo. Después continuar camino hacia Innsbruck. Os prometo un paisaje alucinante. Esa zona es absolutamente maravillosa. Valles, caminos de montaña, panorámicas de en sueño y algún que otro castillo, la excusa perfecta para detenerse. Una gastronomía que nos obligará a hacer más de una parada, porque la boca se te va haciendo agua por el camino. Incluso, si tenéis mucho fuelle, podéis llegar hasta el norte de Italia por el Paso del Brennero. Todo un desafío. La otra opción, parte de Klagenfurt, directamente en la frontera con Eslovenia. Recorreríamos unos 150km hasta Graz, siempre por carreteras secundarias, disfrutando del paisaje. Y desde ahí podemos subir dando un paseo hasta los alrededores de Viena, para disfrutar de otro tipo de paisaje y de otra gastronomía muy diferente. Eso sí, la cerveza es imperdonable al final de la ruta. Os recomiendo hacer una degustación de las diferentes marcas a lo largo del recorrido, porque merece la pena. Se puede hacer todo de un tirón o ir haciendo tramos más o menos largos cada día, haciendo noche en Gästehausen o casas de huéspedes, que son todo un lujo y baratísimas. Es toda una experiencia. ¿Alguien se anima?

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